Ser fotógrafo de calle implica muchísimas más cosas que salir con una cámara en la mano y lanzarte sin ton ni son a “documentar” la calle sin más. Ser fotógrafo callejero es uno de esos trabajos fotográficos que nos introduce en la historia, en la emociones, en los sentimientos y en un sin fin de cosas que nos rodean.
La foto de calle se ha puesto muy de moda en estos últimos años sin saber a ciencia cierta que significa para el que fotografía esta disciplina. Mientras muchos se obcecan en dar teorías y técnicas para hacerla, son bien pocos los que se dedican a intentar enseñar el principal talento de la misma. Todo ello, quizá, por verse invadidos por un equívoco raciocinio o carencia de lo esencial escudándose en los “consejos” o las dotes técnicas.
El carácter humano es la piedra angular de la buena documentación, y más si de fotografía de calle hablamos. Ser fotógrafo de esta disciplina significa salir ahí afuera, pasear y pasear horas sólo mirando, sintiendo, respirando, entablar conversación, leyendo mucho sobre las personas, sobre sus sentimientos, sobre sus acciones… En definitiva, la cámara y sus técnicas no son nada, ni serán, sin los pilares personales.
Dicen que un buen retrato consiste en transmitir con una mirada, una pose, un gesto el interior de una persona. En la fotografía callejera las acciones diarias, cotidianas son sin duda el reflejo de una buena instantánea. Esa fotografía que no altere ni un ápice el comportamiento de la gente, que muestre como somos sin una pequeña careta al saber que hay una cámara delante.
Cómo bien leí en el blog de Siéntate y observa en una entrevista de Stephen Shore sobre Garry Winogrand, el conseguir entender a la gente puede incluso hacerte capaz de ver “a cámara lenta”:
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Llevo con esta foto quizá treinta y cinco años. Me parece una hazaña olímpica ser capaz de prestar atención a siete u ocho personas a la vez. También estoy convencido de que Winogrand no le estaba prestando atención al fondo. Si miras la foto, en cierto cierto sentido hay una sensación de collage. Hay gente sentada en el banco y luego hay una mujer desenfocada caminando al fondo. La sensación de collage creo que procede el hecho de que, por un lado, hay una parte de la foto que refleja todas las decisiones que ha tomado el fotógrafo. el encuadre, el tiempo, el momento, el ángulo; y, por otro, hay una parte de la imagen, el fondo, que es inconsciente. Así pues, Winogrand tiene un tipo de atención distinta a la de un fotógrafo de 8 x 10″. con una 8 x 10″ normalmente tienes tiempo de ejercitar la atención de un modo que Winogrand no podía hacerlo. Si yo hubiera estado fotografiando ese banco me habría dado cuenta de lo que había detrás, pero no habría podido lograr la hazaña extraordinaria de Winogrand de ver a toda esa gente a la vez. Este tipo de atención es increíble y apropiado para el tipo de fotografía que él hacía. Yo creo que Winogrand aprendió una forma de acelerar su mente. ¿Sabes lo que quiero decir?, como cuando tienes un accidente de coche y todo parece ir a cámara lenta. (…) Ves lo que está pasando y lo que está a punto de pasar. Imagínate lo que sería poder en ese estado mental cuando haces fotos en la calle. Yo creo que Winogrand era capaz de ver así cuando hacía fotos. Podía ver a cámara lenta.
*Seguir este link para ver el artículo y la foto en Siéntate y observa.
Conocer las personas es conocer de verdad la calle
En este último punto es donde reside la grandiosidad y el verdadero arte, ser un verdadero antropólogo de la imagen. Ser un impresionista de reflejos cotidianos, con gran creatividad o menor, pero a la postre conocer a las personas. Esta es la esencia de la calle, la esencia del día a día. Entender, conocer, caminar, hablar, sentir… y después… mostrar. Haciendo todo esto nunca una fotografía podrá dañar a nadie (incluso al mismo fotografiado).
Y es que, al final, el día que entendamos lo que significan, en todo su concepto, las personas y su entorno; será cuando de verdad podamos dejar de lado muchas teorías sobre esta disciplina. Y es que hay una gran diferencia entre ser fotógrafo callejero y FOTÓGRAFO CALLEJERO, y no precisamente las letras mayúsculas, sino ENTENDER a las personas… con mayúsculas.
Manolo Santana
Excelente artículo, razonado y con el punto de vista que da la experiencia.
Me alegra mucho conocer tu punto de vista desde el lado de las emociones y los sentimientos, sin dar tanta importancia a la técnica, dejándola en un segundo o tercer término.
Un saludo.
Rodrigo Rivas Llave
Gracias Manolo por dar este maravilloso punto de vista y más aún por saber que te ha gustado y agradado.
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Un afectuoso saludo