En fotografía la inspiración es el principal proceso para conseguir despertar una creatividad fuera de meras copias. El problema es que, la inspiración muchas veces es confundida con conseguir algo similar y no con conseguir un elemento diferenciador.
Cuando algunas personas nos responden con “Para mejorar tu trabajo debes muchas fotografías”, a muchos se les nubla la mente al observar tomas que les encantan encendiéndoseles una luz roja en sus ojos con la frase, “Quiero hacer esto”.
Defiende tu fotografía intentado ser “único”
Esta frase suele ser el principio del error. Y es que una fotografía o un estilo propio se denomina así por algo. Y no es ni más ni menos porque alguien fue el encargado de llevarlo a cabo en primera instancia. Por tanto, todo lo que venga después, exactamente igual, siempre será reflejado como “una copia de…”. Y bueno, no se si muchas personas buscaran esto, pero lo que esta claro es que ese momento no es el punto que se busca con ese proceso inspiracional para un estilo personal.
Debemos, por tanto, mirar siempre la fotografía de otros como un camino intermedio y nunca como proceso final. Siempre he sido muy partidario de comparar este tipo de formas de fotografiar (a pesar de su esfuerzo, que eso nunca se quita), como las copias de los chinos. Lo sé, alguno me podréis decir que hay gente que puede hacer la foto mejor que el primero que la realizó, pero da igual, una fotografía es mucho más que una técnica depurada. Una fotografía es una idea, un concepto, y una sensación y eso, por mucho que queramos rebatirlo, seguirá ahí.
Muchas veces creemos que llenar nuestro ego con las alabanzas de los demás va a hacer una foto mejor que otra, y eso no cabe duda que es erróneo. Esto lo comento porque, para aumentar nuestra creatividad, uno de los primeros puntos a tratar debería ser mirar lo ya realizado por nosotros anteriormente. Y es que, nuestro portafolio actual puede tener la clave. Saber diseccionar más y más nuestro portafolio para posteriormente dejarlo en las menos fotografías posibles son una baza que podría mostrarnos el camino.
Para saber como realizar esto, nunca debemos dejarnos llevar sólo por la opinión de los demás. Hay que defender una idea, defiende TU idea. Muchas veces las personas consideran algo bonito porque lo han visto en otros sitios o incluso hasta la saciedad, pero es más difícil aún hacer que algunas personas sientan predilección por algo cuando es nuevo y que no ha creado tendencia. Este es uno de los puntos correctos donde radica un buen proceso personal.
Además, siempre he creído que el bloqueo creativo requiere de descanso mental. El abrir nuestra mente dedicándonos a otros menesteres, olvidando durante un tiempo (tampoco muy largo) la fotografía, puede hacernos más receptivos ante todo lo que nos rodea para que así despierten ideas en nosotros.
La solución está en nuestra confianza y el motivo
Otro aspecto a tratar en el proceso creativo es simplificación del trabajo. Muchos fotógrafos cuando hablan de sus fotografías hacen comentarios sobre las mil o dos mil capas que usan en Photoshop, incluso se enorgullecen de ello (lo pongo como ejemplo, pero hay más; no sólo en temas de postproducción cuando me refiero a esto). No hay duda, es un trabajo duro, requiere de técnica y de mucha complejidad. Pero en esa última palabra está la clave, complejidad. Cuando necesitamos de tantos pasos para conseguir un resultado la mente se puede perder entre el paso 1 y el 1259.
Esta complejidad, muchas veces, altera la necesidad de tener la cabeza libre para aumentar ese proceso creativo. Es por eso que, cuando necesitemos conseguir hacer que vuelva esa creatividad sería importante liberarnos de tantas cargas. Simplifiquemos nuestra fotografía. Menos es más y os aseguro que funciona. Tomar este paso cómo queráis, desde fotografiar y editar luces para tener la toma final, hasta disparar usando la luz natural sin nada más que tu cámara. Cabe recordar que es un ejercicio. Nada que sustituya el tipo de fotografía que cada uno realice; ya que hay que reconocer que, hay diferentes estilos de fotografía que requieren de tiempo y muchos pasos.
Cosas como estas nos ayudan a poder preguntarnos muchas veces el motivo de porqué fotografiamos. Porqué queremos recoger instantáneas o coleccionarlas. Suele parecer una obviedad, pero no mucha gente sabe el motivo real de porqué lo hace. El saber ese motivo puede hacer decantarnos por un lado u otro del proceso fotográfico y creativo; pues, a la larga, nos ayudará a no compararnos siempre con los demás y a dejar de pensar en el que dirán (algo tan típico en la fotografía…).
Debemos recordar que la inspiración, la creatividad y el estilo propio van ligados; y aunque el primero se debe al mundo que te rodea, los otros dos ocurren sólo si eres tú quien lo consigue, por tanto, esos puntos sólo dependen de ti y no de los demás. La aceptación o el gusto por ellos ya dependerá de los demás, pero ese es otro punto que no toca en este instante. A pesar de todo siendo positivos, la fotografía es algo muy subjetivo, eso nos lleva a pensar que siempre habrá alguien al cual le pueda agradar nuestro estilo. Y es que como se suele decir, intenta agradarte a ti mismo primero para que a posterior puedas agradar a los demás.
Fotografía de portada | Craig Sunter