Creatividad e inspiración… esos maravillosos mundos que parecen no tener límites el día que consigues abrir sus puertas; pero que parecen esconderse en el mejor de los lugares, a pesar de su inmensidad, cuando las perdemos.
Las cámaras y todas nuestras herramientas, que nos ayudan a conseguir una fotografía; parece que, no sólo no se esconden, sino que encima todo el mundo hace lo posible para que no las perdamos de vista. Hay gente que sigue centrándose en los valores equivocados, en no darse cuenta de lo que realmente más importa y más valía aúna. Y todo ello, porque nunca han debido necesitarlo. La gran mayoría de las personas que conocen el verdadero valor de la creatividad y de la inspiración, saben muy bien que este tipo de cosas no se pueden comprar con sólo quererlas.
Somos los que somos porque queremos serlo. Odio los debates sobre lo irracional de elegir una u otra cámara por ser “un juguete” con el que no poder conseguir cierto tipo de fotografías sólo por sus limitaciones; mas cuando la verdadera limitación sólo se encuentra en uno mismo… Los números, las especificaciones y un sin fin de tablas y tablas que, a la larga, sólo son una parte más que secundaria del verdadero fin que llamamos fotografía. Muchos son los que se han empeñado en pensar que una fotografía es lo que puedes hacer con una cámara; sin darse cuenta que, una fotografía es todo aquello que eres capaz de hacer con la cabeza, los ojos y, principalmente, con el corazón. Y si el corazón y el amor verdadero por algo mueve montañas, ¿por qué no iba a serlo posible en la fotografía?
Muchos no estamos hartos de ver como todo el mundo lleva cámaras a día de hoy. Algunos estamos algo más que hartos de ver cómo algunos creen saber de fotografía y pretenden cambiar el significado que desde que se creó se le dio. La creatividad no tiene límites, no hay precio que la compre, no hay números que nos digan que puede o deje de hacer, porque por lo que de verdad se contrata a un profesional es por lo que lleva dentro y no por lo que lleva en las manos.
Las limitaciones existen más que en el terreno material pero no en las ideas, no en el de la convicción y confianza de uno mismo. Cada vez que alguien habla de limitaciones para un profesional de la fotografía sólo por su cámara, está confundiendo lo que es fotografiar, está confundiendo lo que significa la fotografía, y sin duda deja muy patente que su verdadero trabajo no es el mundo de la fotografía. Quién no crea que fotografiar es pensar, sentir, asociar, soñar, reír, compartir, enamorar, mirar, etc... incluso sin una cámara en la mano, creo que siempre tendrá un concepto de la fotografía más asociado a su inventiva que a la realidad.
Fotografía de portada | opensource.com